El desarrollo de la humanidad conlleva
una extensión del lenguaje. Permanentemente estamos añadiendo nuevos
términos a nuestro universo semántico, situación que a su vez extiende
los márgenes de nuestra elástica realidad. Pero más allá de agregar
ingredientes a nuestro universo racional, el nacimiento de nuevos
conceptos, y de su respectiva terminología, permite, además, enriquecer
nuestro menú de metáforas.
Con la consolidación de la cibercultura
surgieron sustantivos como software, verbos como programar, y conceptos
como hackear. Y con el tiempo, comenzamos a utilizar estos términos para
describir un ejercicio tal vez milenario: re-configurar nuestra mente.
Así hoy ‘sabemos’ que al recurrir a determinados protocolos mentales o
psico-softwares, como por ejemplo una meditación guiada, entonces
podemos no solo revitalizar nuestro cerebro, sino hackear nuestra propia
realidad, es decir, incidir de manera precisa y voluntaria en la manera
en la que percibimos, procesamos, e interpretamos nuestra existencia.
Independientemente de los sentimientos
encontrados que a muchos de nosotros nos genere su figura, lo cierto es
que Timothy Leary concretó significativas aportaciones al estudio de la
mente en general, incluyendo la conciencia, y particularmente en su
relación con los psicodélicos. Luego de una vida repleta de aventuras,
tanto físicas como intangibles, en 1993, tres años antes de su muerte,
Leary creó una especie de videomanual psiconáutico, titulado ‘How to
Operate your Brain’.
Durante 28 intensos minutos, compuesto
por imágenes y música pro-epilépticos, el video presenta un monólogo de
Leary, notablemente inspirado en las ideas del genial teórico de los
medios, Marshall McLuhan, aparentemente diseñado para facilitar el
‘reseteo’ de tu mente.
La pieza comienza recordándonos que el
estado original de nuestro cerebro es el caos. En sintonía con esta
premisa, se nos recomienda saturarlo de información, desbordarlo,
deconstruir su organización lineal:
Pero el caos es
básicamente positivo. Relájate. ‘Surfea’ las ondas del caos y aprende a
reprogramar tus realidades. Siéntate. Fluye. Abre tus ojos. Apaga tu
mente. Des-afoca y deja que las ondas del caos recorran tu cerebro.
Flota a la deriva. Zoom. Diseña. Crea un nuevo orden, tu orden, tu
estilo desde el caos.
El manual prosigue profundizando en
abstracciones más complejas y estimulantes. La brújula sigue siendo la
obligación existencial de actuar como ingeniero de tu propia realidad,
pero ahora, la comunión con el caos se desdobla en una tajante
invitación: cuestiona la autoridad, piensa por ti mismo, aléjate de la
veneración autómata, y sobretodo, conócete a ti mismo.
La meditación guiada continúa. Ahora
adquiere la forma de un racimo de advertencias alrededor de los medios:
“Cambia las palabras que utilizas. Cambia las formas en las que te
comunicas. Si cambias el medio, entonces te cambias a ti mismo. Y
cambias tu sociedad”. Dos o tres citas de McLuhan, el mensaje se
mantiene: cambia el medio, no dejes que nadie controle tu percepción de
las cosas.
Finalmente entramos a la celebración de
la cultura digital como una pradera repleta de posibilidades, de medios y
mensajes floreciendo, de fantasías programables, y cierra con un
optimista decreto en torno a la telepatía: “Acabamos de aprender como
comunicarnos de cerebro a cerebro, de alma a alma”.
How to Operate your Brain es una especie
de reliquia vintage de contracultura y neuro-responsabilidad
ontológica. Y más allá de su potencial, existente o no, de fungir como
un instructivo de re-programación mental, no podemos dejar de
reconocerle a esta pieza su calidad de recordatorio: eres lo que quieres
ser, no hay pretextos.
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