Es una preocupación bastante común y muchos fumadores desisten a priori porque no quieren ganar peso una vez dejen de fumar. Primero aclarar que no es algo tan automático, es decir que no todos los fumadores engordan si dejan de fumar. Y segundariamente destacar que, aunque esto se produzca, es una fase y no es ni tiene porque ser un cambio permanente.
La dependencia del tabaco se traduce en un trastorno adictivo crónico con alta probabilidad de recaída y una de las dificultades a la hora de dejar de fumar es gestionar la ansiedad consecuente. De hecho no solo se abandona un hábito que a menudo se adopta para descargar tensión y estrés, sino también la repentina ausencia de nicotina en el cuerpo provoca unos efectos molestos en la persona.
El tabaco se considera una droga la cual estimula y acelera el sistema nervioso. La abstinencia, por lo tanto, provoca síntomas físicos y psico-emocionales que es necesario sostener durante por los menos las primeras semanas. El Ministro de Salud de Gran Bretaña Alan Milburn denunció la presencia de 600 ingredientes y aditivos secretos (cacao, ácido cítrico, sucrosa, plomo y amónico que aceleran el impacto de la nicotina) y que algunas compañías de tabaco reconocieron utilizar, también responsables de crear dependencia y adicción.
¿Pues por qué engordas aunque no comas demás una vez dejes de fumar?
Es común que para gestionar los picos de ansiedad al dejar el tabaco se tienda a comer demás o a picar entre horas para sustituir el cigarrillo, generalmente eligiendo comida poco saludable, grasas, azucares y productos refinados. Pero y en cualquier caso ¿qué pasa en el cuerpo cuando esto no se produce?
- Variación en la termogénesis: la producción de calor del organismo en los fumadores es de un 6% superior que la de las personas no fumadoras y, por lo tanto, su metabolismo basal aumenta de unas 200 Kcal.
- Alteración de la flora intestinal: los no fumadores poseen un mayor número de bacterias que se pueden diferenciar en dos tipos diferentes: bacteroidetes y proteobacteria, así asegura una investigación realizada por un grupo del Hospital Universitario de Zúrich, en Suiza, encabezado por el profesor Gerhard Rogler. “Esos organismos trabajan de manera más eficiente a la hora de digerir las fibras más complicadas, por lo que los investigadores creen que una mayor presencia de este tipo de bacterias provoca que más alimento se transforme en grasa y que menos sea desechado en forma de heces. Al mismo tiempo, en la flora de las personas objeto del estudio, descendía el número de otras bacterias, firmicutes y actinobacterias phyla.”
- Digestión y metabolización de los nutrientes: el tabaco genera una mayor acidez en el estomago; al dejarlo se produce consecuentemente una normalización de la misma lo cual mejora el proceso digestivo, la absorción de los nutrientes y la movilización de las paredes intestinales.
- Olfato y gusto: el tabaco perjudica considerablemente las capacidades olfativa y gustativa, las cuales también se normalizan al dejar de fumar.
- Sensación de hambre: la nicotina tiene cierto efecto anorexígeno; además a menudo el hambre del fumador se ve cubierta por la acción hiperglucemica de la misma.
- Estrés y ansiedad: la nicotina incrementa los niveles de distintas hormonas, primera de todas la adrenalina. Al dejar de fumar no se produce esta reacción y por lo tanto no se siente el mismo ‘subidón’.
Pues ¿qué hacer?
Lo primero, como siempre aviso, ¡no alarmarse! También hacer un esfuerzo de honestidad primero. Me refiero a considerar realmente cuáles son nuestros hábitos alimenticios, si realmente estamos siguiendo una dieta saludable o si, por lo contrario, estamos intentando gestionar la ansiedad con pica pica y/o comida basura.
Si consideramos que la necesidad de comer hidratos de carbono incrementará por la necesidad de azucares, pues es crucial elegir el consumo de los mismos siempre y cuando sean ‘complejos’ ya que su absorción es lenta y nos proporciona equilibrio sin picos glucémicos. Por lo tanto hay que incrementar el consumo de legumbres, cereales integrales (no refinados), verduras y fruta, frutos secos (sin tostar, sin sal ni azucares añadidos); y por lo contrario evitar bollería, comida precocinada, bebidas azucaradas, alcohol, azucares, harinas refinadas, fritos y rebozados, grasas malas etc.
Además, para gestionar la ansiedad y los distintos niveles de adrenalina, es fundamental practicar deporte. Esto ayudará no solo a producir adrenalina, movilizar el metabolismo e incrementar el consumo de energía y la quema de grasa, sino también distraerá la mente y permitirá apreciar aún más los efectos beneficiosos de haber dejado de fumar. Tanto el sistema respiratorio como el circulatorio y el nervioso reaccionarán y, junto con la practica de ejercicio físico y una dieta saludable, lo harán aún más rápidamente reduciendo las molestias causadas por el síndrome de abstinencia.
No renuncies a dejar de fumar por el miedo a engordar o bien a enfrentarte a molestias, no te compensa!
Si ves que solo no puedes, pide ayuda a tu médico o bien a especialistas que tratan el proceso de una forma competente.
Engordar sólo será una fase temporal, comprende que tu cuerpo y tu mente necesitan adaptarse al cambio y esto implica una fase de transición. No es un gran problema engordar 4/5 Kg, no te obsesiones con esto sino más bien centra todas tus energías en tu salud y en persistir para conseguir el objetivo.
Imágenes: Pixabay.com
Fuentes: Dsalud.com; Despidetedefumar.com; ElPais.com; ElConfidencial.com
Autora: Vittoria Veri Doldo ~ Health Coach
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