Prometí hablar sobre el Ser hace unos meses cuando escribí el artículo ¿Qué es el Ego?. Hoy retomo la idea porque no se puede entender el Ego sin el Ser y viceversa.
Decíamos que el Ego es un conjunto de ideas y conceptos mentalesa través de los que nos miramos y distorsionamos el mundo. Pero somos mucho más que la representación mental de nosotros mismos.
Hace unos dias, durante un sesión, un paciente me preguntó: "si ya no me identifico tanto con el personaje que me he construido, ni estoy tan preocupado por la imagen que puedan tener de mí los demás, ¿qué me queda? ¿a dónde voy?". Yo le respondí: "hacia el Ser".
El ser es nuestra esencia, el Yo más profundo; ese lugar interior donde todo está bien. Es difícil definir qué es el Ser y es sencillo explicar lo que uno siente cuando está conectado a él: ligereza, estabilidad, serenidad, hondura.
El ser es la conciencia expandida de mí mismo. Es mucho más que mis deseos, emociones, pensamientos... No se puede encorsetar porque trasciende nuestro cuerpo y la imagen que creemos tener.
El ser permanece, se mantiene intacto con el transcurrir de la vida y de los años, con el paso del tiempo.
Voy descubriendo que el sentido último de la vida reside en labúsqueda del Ser. Cuando nos despojamos de la dictadura del hacer, cuando no ponemos toda nuestra energía en mostrar a los demás cuánto valemos, ni estamos buscando a toda costa ser eficaces o útiles, lo que queda es el Ser.
No es fácil permanecer en él; el mundo en el que vivimos nos saca de este Ser interior con ruído, ofertas atractivas, ritmo frenético, obligaciones adquiridas... Pero cuando uno logra conectar con su esencia, con ese estado de paz, todo se relativiza y el alma se calma.
Dice Rafael Corres Molina en su blog:
En el Ser no pretendemos nada; nos domina una paz profunda o ausencia de cualquier tipo de deseo o inquietud.
El ego nunca está conforme con lo que es, tal como es. Es dominado por sus deseos visibles u ocultos.
El ego nunca está conforme con lo que es, tal como es. Es dominado por sus deseos visibles u ocultos.
En el Ser estamos alegres en toda circunstancia, incluso si es dolorosa.
El ego sufre por todo.
El ego sufre por todo.
En el Ser sentimos profunda gratitud continua por todo.
El ego puede agradecer externamente por educación o conveniencia, pero no lo siente en lo hondo.
El ego puede agradecer externamente por educación o conveniencia, pero no lo siente en lo hondo.
El ego actúa (o deja de actuar) de acuerdo a lo que ha aprendido del ejemplo de los demás, de las costumbres, ritos, hábitos, estudios académicos o empíricos, creencias, etc. Planifica
En el Ser simplemente actuamos espontáneamente ante cada circunstancia que se presenta.
El ego aparenta tranquilidad cuando “así conviene”, pero hay zozobra interior.
En el Ser estamos realmente serenos.
El ego requiere motivación o busca beneficios para actuar.
En el Ser no buscamos ni necesitamos motivos para actuar o dejar de hacerlo.
En el Ser vivimos de momento en momento, conscientes del instante eterno que es Ahora. Utilizamos el pensamiento sólo cuando realmente se requiere.
El ego sueña en el tiempo, clasifica todo suceso en pasado, presente y futuro. Hay resentimiento o nostalgia (por el pasado) y preocupación (por el futuro), lo que genera un diálogo mental continuo, desgastante, compulsivo, obsesivo e involuntario.
En el Ser simplemente actuamos espontáneamente ante cada circunstancia que se presenta.
El ego aparenta tranquilidad cuando “así conviene”, pero hay zozobra interior.
En el Ser estamos realmente serenos.
El ego requiere motivación o busca beneficios para actuar.
En el Ser no buscamos ni necesitamos motivos para actuar o dejar de hacerlo.
En el Ser vivimos de momento en momento, conscientes del instante eterno que es Ahora. Utilizamos el pensamiento sólo cuando realmente se requiere.
El ego sueña en el tiempo, clasifica todo suceso en pasado, presente y futuro. Hay resentimiento o nostalgia (por el pasado) y preocupación (por el futuro), lo que genera un diálogo mental continuo, desgastante, compulsivo, obsesivo e involuntario.
En el Ser nos sentimos completos. Ya estamos realizados; no hay nada que lograr para ser.
El ego necesita completarse, siente que si obtiene esto o aquello estará mejor o se sentirá realizado.
El ego vive aparentando, incluso auto-engañándose.
En el Ser no hay necesidad de aparentar nada ante nadie, ni ante uno mismo.
El ego necesita completarse, siente que si obtiene esto o aquello estará mejor o se sentirá realizado.
El ego vive aparentando, incluso auto-engañándose.
En el Ser no hay necesidad de aparentar nada ante nadie, ni ante uno mismo.
De hecho, en el Ser nos sabemos y sentimos como parte del Todo.
Ego significa “yo” y por lo tanto existe algo que “no soy yo”, de quien debo sacar provecho o protegerme para que no saque provecho de mi. O bien si “yo soy bueno”, entonces: “ese otro” es alguien a quien debo ayudar o proteger.
Todo es novedoso para nuestro Ser, hasta la tareas rutinarias repetidas por años y años.
El ego termina aburriéndose con todo, hasta con lo que más adoraba o deseaba antes.
El Ser comprende al Ser y al ego. No juzga nada, es sensible y atento.
El ego no se comprende ni a sí mismo. Se juzga, se condena, se castiga y también a “los demás”.
Ego significa “yo” y por lo tanto existe algo que “no soy yo”, de quien debo sacar provecho o protegerme para que no saque provecho de mi. O bien si “yo soy bueno”, entonces: “ese otro” es alguien a quien debo ayudar o proteger.
Todo es novedoso para nuestro Ser, hasta la tareas rutinarias repetidas por años y años.
El ego termina aburriéndose con todo, hasta con lo que más adoraba o deseaba antes.
El Ser comprende al Ser y al ego. No juzga nada, es sensible y atento.
El ego no se comprende ni a sí mismo. Se juzga, se condena, se castiga y también a “los demás”.
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