En todas las circunstancias de la vida, todo nos lo da la experiencia, la practica y el entreno. La mente es el primer órgano que debemos aprender a entrenar. Nuestra energía está donde está nuestra mente, nuestras emociones dependen de los pensamientos que se mueven en ella. Y el control de nuestra mente lo tenemos nosotros.
Hoy compartimos una interesante entrevista de Ima Sanchís a Sydney Pinoy-Peyronnet, experto en ‘neurofeedback’ y que explica cómo podemos actuar en nuestro cerebro para mejorar la calidad de nuestro estado mental, anímico y físico. ¿Pero de qué se trata?
Vamos a descubrirlo…
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El neurofeedback nos permite entrenar nuestro cerebro, crear nuevas autopistas para resolver malos hábitos, con buenos resultados para tratar el TDAH, el insomnio, la migraña, la depresión o la ansiedad.
Pinoy-Peyronnet lo experimentó tras tratarse un traumatismo craneal que le dejó insomne, y decidió aprender y montar su propia clínica, Hearth.
Pinoy-Peyronnet explica que nuestro cerebro procesa unos 60.000 pensamientos al día. Muchos de ellos son absurdos o repetitivos. Más del 90 por ciento se repiten y alrededor del 80 por ciento son negativos.
¡Pues qué catástrofe!
Igual que entrenamos un músculo, podemos entrenar nuestro cerebro con técnicas de neuro-feedback para mejorar su funcionamiento. El neuro-feedback es la retroalimentación neuronal, una técnica que consiste en el registro y análisis de la actividad eléctrica del cerebro, las ondas cerebrales.
¿Cómo funciona?
Nuestros pensamientos y emociones afectan a nuestras ondas cerebrales y a nuestra química, y viceversa. Hoy podemos leer estas ondas cerebrales, que son inconscientes, a través de la electroencefalografía y modificarlas.
¿Y qué verá?
Ondas rápidas y ondas lentas (alfa, delta, theta). Patrones de ondas que me informarán de si hay ansiedad, depresión, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)… Si por ejemplo tiene ondas lentas en el prefrontal derecho, probablemente sufra TDAH.
Pero uno ya sabe si está deprimido…
No todos, pero lo importante es el entreno, lo que hacemos es activar esa zona del prefrontal derecho para que haya más ondas rápidas. Si las ondas son lentas, también indica que llega poca sangre a esa zona.
Las ondas cerebrales van variando a lo largo del día. Pero se ven los patrones, y una vez identificados se pueden entrenar, variar, y esto es lo interesante. Los electrodos leen las ondas y las envían a un ordenador que las procesa y que a su vez las envía a un videojuego que usted controlará con su mente.
El neuro-feedback es una manera de conocerse, tú sabes qué ondas estás usando en ese momento y aprendes a variarlas en respuesta a señales de audio y señales visuales.
El aprendizaje funciona con automatismos, no somos conscientes, es un entrenamiento cerebral para tomar conciencia de cuándo lo estamos haciendo bien y cuándo lo hacemos mal. Se trata de identificar qué pensamientos nos ralentizan, en qué momento caemos en el patrón negativo, y de crear nuevas rutas neuronales. Si tiene un pensamiento negativo, repetirá un tipo de conexión inconscientemente.
Póngame un ejemplo concreto.
Una persona que suele tener pensamientos negativos tendrá en una zona determinada del cerebro muchas ondas alfa y eso derivará en ansiedad o depresión. Para entrenarlo le ponemos la máquina y le advertimos que cuando oiga un estímulo sonoro es que lo está haciendo bien.
El procedimiento es sencillo: si premiamos al cerebro con una señal cada vez que aparece el tipo de onda deseada, estas aparecen cada vez con más frecuencia, hasta que la persona aprende a producirlas intencionadamente. Imita el método de aprendizaje natural.
¿Hay estudios científicos?
Entre las patologías clínicas, el TDAH es lo que más se ha estudiado, y la Sociedad Americana de Pediatría lo ha reconocido como el tratamiento más efectivo.
Usted era empresario, ¿cómo se metió en esto?
Tuve un accidente montando a caballo que me provocó un traumatismo craneal que afectó a una parte de mi cerebro; no podía dormir, máximo dos horas diarias, y entré en depresión.
¿Dio muchas vueltas?
Sí, hasta que acabé en Estados Unidos tratándome con neurofeedback, entrenando mi cerebro a emitir ondas lentas a la hora de dormir, y al cabo de seis meses conseguí vencer el insomnio. Como puede imaginar, me cambió la vida. Y decidí formarme en esa técnica para abrir mi propia clínica en Barcelona.
¿Y cómo funciona para la depresión y la ansiedad?
Sabemos que contra la depresión es bueno aprender un idioma o a tocar un instrumento porque te abre nuevas rutas neuronales que te sirven para ver la realidad desde otra perspectiva. Y eso es lo que se consigue con el neurofeedback: abrir nuevas rutas de conexión.
¿La neuroplasticidad decae con la edad?
Nuevas investigaciones sugieren que cuando una persona sufre un ictus o un traumatismo craneal se liberan un tipo de neuronas que te hacen aprender más rápidamente, devolviéndote la plasticidad de cuando eras niño.
No hace falta tener problemas para recurrir al neurofeedback. En EE.UU. muchos jóvenes lo usan para facilitar el aprendizaje.
¿Mejora nuestras capacidades?
Según un estudio canadiense, el entreno con ondas alfa mejora la concentración. Y tras ocho sesiones de veinte minutos a un grupo de microcirujanos oftalmológicos, estos mejoraron su precisión y su rapidez en un 25%.
~Fuente: La Contra de Lavanguardia
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