PSICOLAX

"Cuando sabes verdaderamente quien eres, vives en una vibrante y permanente sensación de paz. Puedes llamarla alegría, porque la alegría es eso: una paz vibrante de vida."

Eckhart Tolle

Monday, November 16, 2015

DEJAR DE "RUMIAR" COMO UNA VACA

"Tú no eres una vaca, eres una persona. ¿Alguna vez rumiar te llevó a la solución? No. Al revés. Rumiar alimenta el cerebro, es como echarle alpiste a un pollo. Cuanto más alpiste, más gordo. Cuantas más vueltas le das, mayor la atención que prestas a tus pensamientos. Estás maleducando a tu cerebro. Lo estás entrenando para que dé vueltas y vueltas a algo que, por lo general, no depende de ti. Por más vueltas que dan tus pensamientos, no aparecen las soluciones. ¿Por qué? Porque la mayoría de veces rumias sobre preocupaciones inútiles. Preocupaciones sobre las que tú no tienes poder de actuación. Buscas darle vueltas a ver si por si acaso, en alguna rotonda neuronal, aparece el milagro. Pero no va a aparecer. El milagro está en dejar estar lo que no depende de ti. Apunta lo que rumias en una libretita, aléjalo de ti. Cuando te surjan ideas que valgan la pena en relación a ese problema, abre la libreta y anótalas. Y mientras estate atento a lo que pasa en tu vida, no en tu cabeza. Los detalles, los momentos, tu trabajo, tu gente... ahí tienes que estar, y no en el prado con las vacas.

Y deja de razonar, dar explicaciones a todo lo que te pasa... porque no te pasa nada. Solo es ansiedad. Es más inofensiva que un virus de estómago".    Nos dice la psicólogaPatricia Ramirez en Lo que tienes que dejar de hacer si tienes ansiedad

Rumiaciones y ansiedad: Cómo romper con el hábito de “pensar demasiado”

¿Te quedas enganchado después de una discusión sobre lo que dijiste mal o lo que podrías haber dicho? ¿Te cuesta dormirte por las noches preocupado por un fallo en el trabajo? ¿Crees que le das demasiadas vueltas a las cosas?
   No eres el único y, de hecho, cada vez es más creciente el número de personas que piensan“demasiado”, impidiéndose a sí mismas el desarrollo de una vida satisfactoria.

   En este interesante artículo de M. Angeles Molina. (Directora y Psicóloga de PSINERGIA) te mostraremos cómo liberarte de ese exceso de pensamiento nocivo (a partir de ahora los llamaremos rumiaciones) y te plantearemos estrategias para recuperar el control de tu vida....
El rumiar nos agota.
   Pensar no es negativo. Lo es cuando nuestra mente se queda dando vueltas a nuestros pensamientos inútilmente produciendo sentimientos negativos, dando lugar al “efecto levadura”: un pensamiento que tiene lugar a partir de una pequeña idea o problema, pasa a generar más y más preguntas, nuevas relaciones de ideas (problemáticas y catastróficas), generando otros pensamientos negativos que se expanden, crecen y acaban por apoderarse de todo el espacio de nuestra mente.
   El resultado es agotador. Lejos de encontrar respuestas o soluciones válidas acabamos en un callejón sin salida, presas de sentimientos de victimismo (“no podré salir de ésta”, “soy incapaz”), ansiedad (“mañana va a ser un día duro”) y depresión (“mi vida no vale nada”).
   Pensamos “demasiado” cuando nos dejamos atrapar por torrentes de pensamientos y sentimientos negativos que nos abruman y que interrumpen nuestro funcionamiento diario y nuestro bienestar.
¿Por qué son negativas las rumiaciones?
   Un pensamiento es positivo cuando es constructivo, creativo y aporta soluciones. Al final de ese proceso nos podemos parar y relajar, inmersos en una sensación satisfactoria de haber cerrado un asunto.
   Las rumiaciones, por el contrario, resultan nocivas porque afectan a nuestra capacidad para obtener respuestas y soluciones a nuestros problemas, producen desmotivación y generan nuevos problemas, nos bloquea en una posición repetitiva que puede afectar a nuestras relaciones sociales y, finalmente, puede arruinar nuestra salud física y emocional.
   Las rumiaciones crean estados de ánimo negativos que pueden teñir la calidad de nuestros pensamientos hasta tal punto que acabamos teniendo una visión distorsionada de los hechos. Y lo peor de todo es que podemos tomar decisiones equivocadas basándonos en esos pensamientos negativos.
¿Cómo puedo liberarme de este hábito?
   Cuando estamos inmersos en un mar de pensamientos circulares y repetitivos, depende de nosotros mismos el poner fin a estos.
¿Y cómo puedo pararlos? Primero hemos de tener clara una premisa: “mis pensamientos no soy yo”Están ahí dispuestos a ser cuestionados, a ser tomados en serio, a ser transformados,… Desde este punto de vista, nos desindentificamos de ellos y nos convertimos en observadores externos de nuestros propios pensamientos. Míralos como observador y pregúntate: “¿realmente este pensamiento me está ayudando?” Si no es así, deja de rumiarlo una y otra vez. Ten en cuenta de que al principio pueden volver a ti, como si fueran un boomerang. Recuerda que estamos en la tarea de entrenarnos en ser nosotros quienes manejemos nuestros pensamientos y no al revés. Así, vuelves a apartarlos de ti cada vez que irrumpan en tú mente. Cada vez lo harás con más fuerza.
   Como psicóloga me encuentro con pacientes en consulta que se sienten presos de sus propios pensamientos. Generalmente, el problema de fondo es una dificultad para vivir en presente. Cuando nos perdemos en ese mundo fantaseado del qué podría pasar, de lo que pasará o de lo que pasó (futuro/pasado), nos sentimos presos, ya que no tenemos capacidad de acción. Es evidente que no podemos cambiar el pasado, ni el futuro. Sí podemos actuar sobre el presente, sobre este preciso instante.
   Pensar en el futuro o en el pasado no es negativo cuando esto nos sirve para planificar nuestro futuro,proponernos metas, recuperar momentos de nuestro pasado para nutrirnos de él,… En este instante soy mi propia historia y mi horizonte, pero no me pierdo en ellos, sigo conectado con este momento (presente).
   Así, como bien habrás deducido, el remedio para la ansiedad que provocan esas rumiaciones esVIVIR EL PRESENTE. ¿Cómo se vive en presente? Pon todos tus sentidos en aquello que estés haciendo en el momento presente: escuchando con toda atención a ese amigo que te está hablando, disfrutando de esa ducha matutina, saboreando lo que estás comiendo,… Haz de esto tú filosofía de vida y no un parche para aliviar en un momento dado tú ansiedad.
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Sobre el tema.....Vídeo de Eckhart Tolle
“Pensar Demasiado ¿Cómo Romper con el Hábito?” [SUB//ESP]


Wednesday, November 11, 2015

El niño interior y el adulto exterior o viceversa


Hoy un paciente en consulta me decía, tras un ejercicio que habíamos programado durante la semana, “No me siento suficientemente maduro” y eso nos llevó a analizar las características de un niño y las de un adulto…

Niño y adulto

Para descubrir que, en realidad, en él convivían ambos, el niño con sus características y el adulto con las suyas. La clave entonces no era si era maduro o no, porque lo era si estaba en modo “adulto” y no lo era si estaba en modo “niño”. La clave es qué porcentaje del tiempo se encontraba en un modo y qué porcentaje en otro en su vida.
Encontramos que cuando el modo “niño” tomaba el control ocurrían dos cosas con el modo adulto:
  1. Deja las riendas de su vida al niño y hacer lo que él quiere
  2. Rechaza al niño e intentar anularlo
El problema es que ambas respuestas del adulto producían aquello que es más frecuente en el niño:miedo.
Cuando un niño maneja la vida de una persona de edad adulta la mayoría de las cosas a las que tiene que enfrentarse le sobrepasan, así que aunque al principio sea muy divertido en seguida sentirá mucho miedo y desde el miedo tratará de que otro adulto le rescate, haciendo sus relaciones muy demandantes y dependientes. Generando mucho sufrimiento porque ya hemos visto muchas veces que cuando la mente está sometida al miedo lo que hace es encontrar razones para justificar el miedo, el miedo busca y crea miedo.
Si la parte adulta rechaza la manera en la que el niño pide atención y seguridad, normalmente a través de los incómodos síntomas de ansiedad, entonces esa parte de sí mismo se sentirá abandonada (que seguramente será lo mismo que le ocurrió al niño de verdad, que fue rechazado o abandonado) lo que le generará más miedo y más necesidad de atención y seguridad.
Las dos respuestas que su parte adulta tiende a dar automáticamente ante la aparición de las necesidades insatisfechas guardadas en su memoria de niño generaban un circulo vicioso de aumento del miedo y, cuanto más miedo, más fuerte se reivindicaba su parte niña buscando una ayuda que, obviamente, no podía encontrar en sí mismo. Ese es el motivo por el que la busca desesperadamente fuera alimentando el problema que le trae a consulta: la ansiedad (el miedo), los pensamientos obsesivos (el intento ineficaz de la mente de controlar el miedo desde el miedo) y sus malas relaciones de pareja (normal, el modo niño no está preparado para una relación de pareja sana).
Así que… ¡qué difícil y que confuso!
Y ahí encontramos la solución, por una parte en enfrentar lo difícil como hemos estado viendo últimamente en el blog, y sobre todo en la con-fusión. En la fusión dentro de sí mismo del adulto que es capaz de proteger, cuidar, buscar soluciones, dar cariño, estar presente y hacerse cargo de un niño (porque esta persona no tiene dudas de que sería capaz de hacer todo eso si estuviese cuidando a un sobrino suyo) y la parte de sí mismo que grabo miedos y vulnerabilidad hace años y que su cerebro sigue trayendo al presente. Si en vez de dejarse llevar por el niño o rechazarlo pusiese a su servicio las capacidades que tiene como adulto su parte niña se sentiría segura y dejaría de llamar la atención, con lo que su parte adulta podría manejar durante más tiempo su vida y tomar unas decisiones más adaptadas a tener la vida que desea, sin miedo, sin exceso de control y creando relaciones equilibradas en el dar y el recibir.
Ya solo queda crear alguna estrategia que haga que su cerebro entre en esa con-fusión que acepte y utilice su ser global para salir del miedo y la ansiedad en vez de tomar el camino automático de responder de las dos maneras ineficaces. Pero eso es algo que no puedo explicar, eso es algo que hay que hacer en consulta.
Como podéis ver en la hoja, profundizando más encontramos que su miedo tiene mucho que ver con su sensibilidad y con como fue sobreprotegido por su madre. ¿Es la sensibilidad algo negativo? La respuesta la daremos en un próximo post, aunque ya os anticipo que la respuesta es… no

Wednesday, November 4, 2015

La vida es difícil



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“La vida es difícil.
Esta es una gran verdad, una de las más grandes verdades. Es una gran verdad porque una vez que verdaderamente la vemos, la trascendemos. Una vez que verdaderamente sabemos que la vida es difícil – una vez que verdaderamente lo entendemos y lo aceptamos – entonces la vida no es difícil nunca más. Porque una vez esto es aceptado, el hecho de que la vida es difícil no importa más”.
Así empieza uno de los grandes libros de psicología del siglo pasado “The 
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road less travelled” de Michael Scott Peck: “La vida es difícil“. La semana pasada tuve un día de consulta que me llevó a sacar esta joya de la biblioteca y darles a leer a los pacientes esa primera frase. Y es que el sufrimiento que nos acompaña, muchas veces, se basa en querer que la vida sea fácil.
Cuanto más queremos que la vida sea fácil más difícil nos la hacemos. Una vez que comprendemos y aceptamos que la vida es difícil, entonces empezamos a hacer las cosas necesarias para afrontar el reto. Este cambio de mentalidad nos lleva a crecer, a evolucionar, a construir, desarrollar y poner en marcha mejores estrategias, a preguntarnos “¿Qué puedo hacer yo ante esto?”. Nos obliga, en definitiva, a sacar lo mejor de nosotros mismos, a acceder a nuestros recursos más poderosos. Y cuando abordamos los problemas y los retos de la vida desde lo mejor de nosotros mismos pues entonces, como te puedes imaginar, las cosas dejan de ser tan difíciles.
Sin embargo, cuando tenemos la fantasía de que todo debería ser como nosotros queremos (sin hacer nada para ello), cuando creemos que la vida nos lo tiene que poner fácil, cuando nos centramos en lo que los demás deberían hacer para nuestra comodidad y, especialmente, cuando nos quejamos y culpamos a algo externo de nuestro malestar, entonces nos estancamos. Por comodidad tratamos de empujar a los demás o a las circunstancias a un cambio que solo se puede producir dentro de nosotros. El gran problema de las personas con ansiedad y depresión es que tratan de cambiar cosas fuera, cuando lo único que va a cambiar la sensación de peligro permanente que tiene su cerebro emocional es cambiar algo dentro. Cuando nos centramos fuera olvidamos nuestras capacidades, nuestros recursos, nuestra fuerza, nuestro potencial y así es normal que nos sintamos muy inseguros. Y cuanto más inseguros más dependientes de que los demás lo hagan por nosotros y cuanto más dependientes, más inseguros. Este círculo vicioso, obviamente, hace que todo se vuelva mucho más difícil.
La vida es difícil y nosotros, que formamos parte de ella, tenemos los recursos para vivirla plenamente. Cuando salimos de nuestra zona de confort, enfrentamos nuestros miedos y nos comprometemos con nuestros sueños hacemos de nuestra vida algo excitante que fluye y se abre ante nosotros. Cuando nos cerramos la vida, que también forma parte de nosotros, se cierra con nosotros y todo se vuelve oscuro y difícil.
Ya hemos hablado muchas veces del equilibrio inherente al Universo, la física nos recuerda que:
– El positivo y el positivo se repelen.
– El positivo y el negativo se atraen.
– El negativo y el negativo se repelen.
Creo que uno de los problemas de nuestro tiempo es que queremos positivo y positivo y cuanto más nos empeñamos en ello más fracasamos (que es el negativo que compensa el exceso de positivo). Puedes comprobarlo por ti mismo, pregúntate ¿Cuál es mi actitud y mi comportamiento en aquellas cosas en las que tengo éxito y que me salen bien? Y observa si en aquellos aspectos en los que te quejas y que no salen como quieres estás haciendo lo mismo y utilizando las mismas estrategias o si, por el contrario, estás haciendo otras cosas mucho menos eficaces.
Si deseas que tú vida sea más fácil entonces empieza a hacer el esfuerzo porque así sea, eres el diseñador de tu destino, si tú vida te importa, hazlo bien.