Esta semana ha sido una semana especial… no se si tendrá que ver con la alineación de los planetas, con la casualidad o con algún otro factor que no alcanzo a comprender. Esta ha sido la semana de las crisis…
Personas muy cercanas que tienen accidentes, pacientes en urgencias, otros que están en el camino de su libertad y se descompensan, clases donde los temas que se tocan hacen brotar lágrimas… y detrás de cada crisis escondida, agazapada, como llamando sutilmente a la puerta… una lección, un aprendizaje, una oportunidad.
Ya veíamos hace tiempo lo que significaba la palabra crisis en chino mandarín y lo traemos de nuevo porque creo que es algo que siempre tenemos que mantener presente. El símbolo de arriba significa peligro, porque cada situación de crisis encierra un peligro, para nuestra vida, para nuestra seguridad, para nuestro bienestar, para nuestra comodidad, para nuestro ego. El peligro es común ha todas las personas que pasan por una situación critica. El mundo como lo conocían de repente cambia y no siempre para bien, o por lo menos eso es lo que parece en una primera mirada.
Para quién se queda en esa primera mirada el peligro, aún ya pasado, se mantiene presente. Quien trata de luchar contra lo inevitable, quien se enfada con su destino, quien se pelea contra lo que es o quien culpa a los demás de lo que le ocurre queda inevitablemente enganchado a este primer símbolo.
Hay otras personas que nos dan una lección de vida. Hay personas que miran más profundo, con más respeto. Y al hacerlo transitan desde el primer símbolo hasta el segundo, que significa oportunidad. Y es que muchas crisis llegan precisamente para retar el mundo en el que estábamos instalados cómodamente y nos impulsan a soltar los viejos hábitos para construir una vida mejor. Pero es tan difícil adentrarse en las penumbras de lo desconocido, es tan difícil soltar nuestras defensas, es tan difícil traspasar nuestros miedos… Es una suerte impagable acompañar a esas personas que deciden (siempre podemos elegir nuestra respuesta) aceptar el empujón de la vida hacía delante. Es un lujo caminar junto a ellos mientras superan los viejos hábitos que les mantenían paralizados… el alcohol u otras sustancias, las quejas, la adicción a la seguridad, los “yo no puedo”, los conformismos, los “cambia tú primero”, los “me haces daño”, la mala suerte, en definitiva todos los diseños que hace la mente para mantenerme en la seguridad, aunque ello suponga estar alejado de la plenitud y la felicidad. Pero como escribíamos también hace tiempo, la vida siempre da una segunda oportunidad, aunque a veces no nos la dé de la manera que nosotros desearíamos. Claro que… ¿hacíamos caso cuando nos presentaba oportunidades de manera más suave? ¿hubiésemos cambiado de no ser la crisis suficientemente fuerte?
Y es que mientras superviso el primer capítulo del curso de Inteligencia Emocional on line que empieza la próxima semana recuerdo que todos somos héroes y que, antes o después, nos llegala llamada. Ese primer paso de los que conforman el viaje del héroe, un acontecimiento que despierta nuestra consciencia y nuestra necesidad de despertar, crecer y/o evolucionar. Es una llamada a aportarle al mundo los dones que nos han sido otorgados, a liberarnos de nuestras limitaciones, a desarrollar ese Ser que verdaderamente somos. Muchas veces, como estamos muy ciegos, sordos, desatentos o despistados, la llamada viene a través de una crisis que hace que se tambaleen nuestros pilares. Aunque esto no tiene por qué ser así, a veces se produce a través de algún estímulo que nos inspira o nos toca lo más profundo del corazón, otras son los héroes que nos rodean los que nos inspiran a seguir su ejemplo, como si a través de su valentía recordásemos que nosotros también tenemos esa cualidad. La llamada suele tener que ver con algo profundo, lejos de nuestro ego necesitado de éxito o atención, con algo que esté relacionado con nuestra misión personal en esta vida, con nuestros dones, talentos y pasión. Y es que cuando no desarrollamos lo que nuestro Alma nos incita la Vida se busca la manera para que despertemos, más intensa cuanto más dormidos estamos.
A las personas que se han acercado hasta nosotros en esos momentos tan especiales de sus vidas nuestro agradecimiento por su confianza. A las que tras la crisis nos han enseñado una vez más que el viaje del héroe es real nuestro agradecimiento por la lección de vida. A las que siguen atascadas en el primer símbolo de la palabra crisis nuestro apoyo y confianza incondicionales, las cosas irán más rápidas o más lentas pero todos somos héroes y todos somos capaces de transformar nuestras sombras y demonios, sólo tenemos que encontrarnos con nuestra verdadera esencia, poderosa y llena de recursos, y eso es inevitable, no siempre podremos escapar de quien verdaderamente somos, aunque asuste la vida, que es generosa, siempre nos ofrecerá una nueva oportunidad.
Personas muy cercanas que tienen accidentes, pacientes en urgencias, otros que están en el camino de su libertad y se descompensan, clases donde los temas que se tocan hacen brotar lágrimas… y detrás de cada crisis escondida, agazapada, como llamando sutilmente a la puerta… una lección, un aprendizaje, una oportunidad.
Ya veíamos hace tiempo lo que significaba la palabra crisis en chino mandarín y lo traemos de nuevo porque creo que es algo que siempre tenemos que mantener presente. El símbolo de arriba significa peligro, porque cada situación de crisis encierra un peligro, para nuestra vida, para nuestra seguridad, para nuestro bienestar, para nuestra comodidad, para nuestro ego. El peligro es común ha todas las personas que pasan por una situación critica. El mundo como lo conocían de repente cambia y no siempre para bien, o por lo menos eso es lo que parece en una primera mirada.
Para quién se queda en esa primera mirada el peligro, aún ya pasado, se mantiene presente. Quien trata de luchar contra lo inevitable, quien se enfada con su destino, quien se pelea contra lo que es o quien culpa a los demás de lo que le ocurre queda inevitablemente enganchado a este primer símbolo.
Hay otras personas que nos dan una lección de vida. Hay personas que miran más profundo, con más respeto. Y al hacerlo transitan desde el primer símbolo hasta el segundo, que significa oportunidad. Y es que muchas crisis llegan precisamente para retar el mundo en el que estábamos instalados cómodamente y nos impulsan a soltar los viejos hábitos para construir una vida mejor. Pero es tan difícil adentrarse en las penumbras de lo desconocido, es tan difícil soltar nuestras defensas, es tan difícil traspasar nuestros miedos… Es una suerte impagable acompañar a esas personas que deciden (siempre podemos elegir nuestra respuesta) aceptar el empujón de la vida hacía delante. Es un lujo caminar junto a ellos mientras superan los viejos hábitos que les mantenían paralizados… el alcohol u otras sustancias, las quejas, la adicción a la seguridad, los “yo no puedo”, los conformismos, los “cambia tú primero”, los “me haces daño”, la mala suerte, en definitiva todos los diseños que hace la mente para mantenerme en la seguridad, aunque ello suponga estar alejado de la plenitud y la felicidad. Pero como escribíamos también hace tiempo, la vida siempre da una segunda oportunidad, aunque a veces no nos la dé de la manera que nosotros desearíamos. Claro que… ¿hacíamos caso cuando nos presentaba oportunidades de manera más suave? ¿hubiésemos cambiado de no ser la crisis suficientemente fuerte?
Y es que mientras superviso el primer capítulo del curso de Inteligencia Emocional on line que empieza la próxima semana recuerdo que todos somos héroes y que, antes o después, nos llegala llamada. Ese primer paso de los que conforman el viaje del héroe, un acontecimiento que despierta nuestra consciencia y nuestra necesidad de despertar, crecer y/o evolucionar. Es una llamada a aportarle al mundo los dones que nos han sido otorgados, a liberarnos de nuestras limitaciones, a desarrollar ese Ser que verdaderamente somos. Muchas veces, como estamos muy ciegos, sordos, desatentos o despistados, la llamada viene a través de una crisis que hace que se tambaleen nuestros pilares. Aunque esto no tiene por qué ser así, a veces se produce a través de algún estímulo que nos inspira o nos toca lo más profundo del corazón, otras son los héroes que nos rodean los que nos inspiran a seguir su ejemplo, como si a través de su valentía recordásemos que nosotros también tenemos esa cualidad. La llamada suele tener que ver con algo profundo, lejos de nuestro ego necesitado de éxito o atención, con algo que esté relacionado con nuestra misión personal en esta vida, con nuestros dones, talentos y pasión. Y es que cuando no desarrollamos lo que nuestro Alma nos incita la Vida se busca la manera para que despertemos, más intensa cuanto más dormidos estamos.
A las personas que se han acercado hasta nosotros en esos momentos tan especiales de sus vidas nuestro agradecimiento por su confianza. A las que tras la crisis nos han enseñado una vez más que el viaje del héroe es real nuestro agradecimiento por la lección de vida. A las que siguen atascadas en el primer símbolo de la palabra crisis nuestro apoyo y confianza incondicionales, las cosas irán más rápidas o más lentas pero todos somos héroes y todos somos capaces de transformar nuestras sombras y demonios, sólo tenemos que encontrarnos con nuestra verdadera esencia, poderosa y llena de recursos, y eso es inevitable, no siempre podremos escapar de quien verdaderamente somos, aunque asuste la vida, que es generosa, siempre nos ofrecerá una nueva oportunidad.
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