Cuando uno se enamora todo lo demás desaparece, las citas ineludibles se eluden, lo importante sustituye a lo urgente, y se saca tiempo de donde no sabías que lo había. ¿Por qué? Por que te sientes genial. A parte de que estás hasta arriba de drogas, de esas naturales como la dopamina, pero drogas al fin y al cabo. Fíjate lo bien hecho que estás que hasta tienes un dispensario sin efectos secundarios negativos para tu cuerpo ¡y gratuito! Alguien ha debido de pensar en todo…
Te acostumbraste a lo estupendo y ¡ahora ya ni lo ves!Ya sabes que hay amores a primera vista y otros que se van haciendo con el roce. Pero a mí me da que el tuyo tiene de los dos, solo que tú ni te acuerdas. Cuando eras una cosita muy pequeña y te mirabas al espejo, estabas feliz con verte. ¡Feliz, feliz! Anda que no era eso divertido. Molabas mogollón y lo sabes. Te mirabas las manos fascinado contigo mismo ¡de la maravilla que había allí! Luego resulta que te acostumbraste a lo estupendo y ya ni te volviste a acordar. El entorno tampoco ayudó, para qué negarlo. Ellos también se olvidaron de lo estupendos que son así que era difícil que te lo recordaran a ti como es debido. Así que pasado ese flechazo para revivir tu llama de amor apasionado hacia ti mismo solo queda una opción: pasar al plan B ¡conocerte!
Para enamorarte de ti vas a tener que conocerteEnamórate a base de roce, de miradas profundas y de pasar el tiempo contigo. Es como esa amistad de toda la vida por la que nunca sentiste nada más que eso, amistad, y de pronto un día vas y empiezas a ver más cosas. Cuanto más habla, más ves cómo es, más detalles encuentras que te gustan ¡y más te enamoras! Así mismo te propongo que te enamores tú de ti. Para eso, lo primero es conocerse. Es mucho más fácil amar aquello que se conoce bien. También es más sencillo no juzgarlo. Y ya que hablamos de eso ¿tú te juzgas mucho? Te dices cosas tan bonitas como “qué torpe soy”, “estoy idiota” o “nunca lo voy a lograr”. Porque entonces aquí hay que hacer un paréntesis antes de seguir ¡así no se habla a alguien a quien se ama! Uno se dice cosas bonitas, se recrea en lo bueno y se da ánimos, porque hay una gran confianza en las capacidades que todavía no se han podido manifestar en condiciones. ¿Qué hay cosas que te gustaría pulir? Pues claro, en todos nosotros. Eso es lo normal, la sorpresa sería que no hubiera nada. ¡También es lo divertido! Aprender siempre tiene algo de aventura y más cuando el objeto de estudio eres tú. Ya te digo que tú y tú yo interior sois dos completos desconocidos, por más que uno haya hecho cursos de todo tipo seguimos en la superficie, eso sí, bajando poco a poco. Lo bonito es que cuanto más conocemos más nos fascinamos y más queremos saber. Cuando empiezas a sacar todas las ideas de lo que creías que eras y lo que creías que tenías que ser aparece un nuevo ser totalmente sorprendente y fascinante.
En ese camino de comprenderte date caprichos, mímate. Mira a ver qué te gusta ¡y hazlo! Sería estupendo que también aprendieras a dedicarte tiempo, si hay tiempo para los demás también lo hay para ti ¡así que dátelo! Y ya que estás hablándote mejor aprovecha para olvidarte de la falsa modestia, que es eso muy falsa.
Empieza a hablar de lo bueno que tienes y haces sin pudor alguno, ¡atrévete a brillar!Y en todo esto ni una vez digas “yo no estoy tan mal”. Asume que lo normal y sano es que tú estés muy bien, no se te ocurra bajar el nivel. En serio, no lo bajes. Estás aquí para ser feliz, no para “no estar tan mal”.
Este artículo ha sido originalmente publicado en Julio de 2017 por la Revista Universo Holístico. La revista es de distribución gratuita así que lo mismo está en tu herbolario.
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