PSICOLAX

"Cuando sabes verdaderamente quien eres, vives en una vibrante y permanente sensación de paz. Puedes llamarla alegría, porque la alegría es eso: una paz vibrante de vida."

Eckhart Tolle

Thursday, June 19, 2014

COMPETENCIAS EMOCIONALES by


Cada una de las5 Habilidades Prácticas de la Inteligencia Emocional, fueron a su vez subdividas, por elDr. Daniel Goleman, en diferentes competencias. 

Estas capacidades son:
Autoconciencia: Implica reconocer los propios estados de ánimo, los recursos y las intuiciones. Las competencias emocionales que dependen de la autoconciencia son:
- Conciencia emocional: identificar las propias emociones y los efectos que pueden tener.
- Correcta autovaloración: conocer las propias fortalezas y sus limitaciones.
- Autoconfianza: un fuerte sentido del propio valor y capacidad.
Autorregulación: Se refiere a manejar los propios estados de ánimo, impulsos y recursos. Las competencias emocionales que dependen de la autorregulación son:
- Autocontrol: mantener vigiladas las emociones perturbadoras y los impulsos.
- Confiabilidad: mantener estándares adecuados de honestidad e integridad.
- Conciencia: asumir las responsabilidades del propio desempeño laboral.
- Adaptabilidad: flexibilidad en el manejo de las situaciones de cambio.
        - Innovación: sentirse cómodo con la nueva información, las nuevas ideas y las nuevas situaciones.

Motivación: Se refiere a las tendencias emocionales que guían o facilitan el cumplimiento de las metas establecidas.
- Impulso de logro: esfuerzo por mejorar o alcanzar un estándar de excelencia laboral.
- Compromiso: matricularse con las metas del grupo u organización.
- Iniciativa: disponibilidad para reaccionar ante las oportunidades.
- Optimismo: persistencia en la persecución de los objetivos, a pesar de los obstáculos y retrocesos que puedan presentarse.
Empatía: Implica tener conciencia de los sentimientos, necesidades y preocupaciones de los otros.
- Comprensión de los otros: darse cuenta de los sentimientos y perspectivas de los compañeros de trabajo.
- Desarrollar a los otros: estar al tanto de las necesidades de desarrollo del resto y reforzar sus habilidades.
- Servicio de orientación: anticipar, reconocer y satisfacer las necesidades reales del cliente.
- Potenciar la diversidad: cultivar las oportunidades laborales a través de distintos tipos de personas.
- Conciencia política: ser capaz de leer las corrientes emocionales del grupo, así como el poder de las relaciones entre sus miembros.
Destrezas sociales: Implica ser un experto para inducir respuestas deseadas en los otros. Este objetivo depende de las siguientes capacidades emocionales:
- Influencia: idear efectivas tácticas de persuasión.
- Comunicación: saber escuchar abiertamente al resto y elaborar mensajes convincentes.
- Manejo de conflictos: saber negociar y resolver los desacuerdos que se presenten dentro del equipo de trabajo.
- Liderazgo: capacidad de inspirar y guiar a los individuos y al grupo en su conjunto.
- Catalizador del cambio: iniciador o administrador de las situaciones nuevas.
- Constructor de lazos: alimentar y reforzar las relaciones interpersonales dentro del grupo.
- Colaboración y cooperación: trabajar con otros para alcanzar metas compartidas.

- Capacidades de equipo: ser capaz de crear sinergia para la persecución de metas colectivas. 

Estas habilidades se aprenden.

Wednesday, June 18, 2014

Lenguaje emocional by eduardo.berastegui@gmail.com (Administrador) via Terapia y Psicologia - Ansiedad, Depresion, Autoest


lenguaje emocional
Hace unos días estuve en una exposición con motivo de los 25 años de Pixar. Al terminar, fuimos a un pequeño taller que habían organizado para niños y cual fue mi sorpresa cuando descubrí que estaba dedicado a la expresión de sentimientos. La tarea (nada fácil) que proponían a los niños era identificar la emoción que había en cada dibujo y al revés, dibujar la cara que reflejara una serie de emociones que les daban en un listado.
Esto me hizo reflexionar sobre la riqueza de matices e intensidades que vivimos las personas con nuestras emociones. El listado que les proponían tenía ¡100 emociones

Tuesday, June 17, 2014

La intención positiva

Una de las cosas que encuentro más fascinante entre lo que hago es el concepto de la intención positiva.
En ocasiones, en la vida, nos enfrentamos a determinados problemas recurrentes. Tal vez dolores de cabeza, malestar general, lesiones frecuentes, digestiones difíciles, catarros, alergias… Puede incluso tratarse de nuestras propias paranoias personales. Desde una perspectiva consciente podemos percibirlo como problemas, síntomas, dolores de cabeza metafóricos que a veces se tornan en literales, preocupaciones estériles y obsesivas… El catálogo es tan amplio como la imaginación, y en cada edición del DSM estamos cada vez más trastonados.
En PNL también asumimos que estamos compuestos de partes. Puedes pensar en esto como quieras: desde partes psíquicas que cumplen sus propias funciones, como por ejemplo los diferentes roles vitales que asumimos, hasta partes físicas como cada uno de los huesos del esqueleto o cada uno de los órganos que nos componen. Como sistema que somos, cada una de nuestras partes tiene voz y voto sobre nosotros mismos, y de hecho influye sobre la totalidad, de la misma manera en que una vértebra fuera de su lugar influye sobre la estabilidad, el equilibrio y el bienestar de todo el esqueleto y, por extensión, del ser del que forma parte.
En una sesión de PNL presuponemos, en suma, que cada problema,  síntoma o comportamiento cuenta con una parte responsable, y que esta parte responsable mantiene una intención positiva. Esto permite iniciar una comunicación en la que se acepta completa e incondicionalmente el problema que se aborda y también a la parte responsable del mismo. Este modelo facilita enormemente el trabajo de cambio.
Nuestras vidas están compuestas por bucles o lazos. Nos despertamos, nos levantamos, hacemos una serie de actividades organizadas en secuencias, nos acostamos y nos dormimos. Con el paso de los días repetimos estas secuencias formando un conjunto de patrones de comportamiento. Gran parte de estos comportamientos han sido repetidos tantas veces que han terminado siendo automatizados y puestos a cargo del inconsciente: cuando llega el momento de hacer algo que ya sabe hacer, el consciente delega la tarea en el inconsciente para liberarse y enfocarse en aprender nuevos patrones.
Con el paso de tiempo, gran parte de estos bucles son programas terminados y archivados. Cuando tienes que beber un vaso de agua no piensas en cómo hacerlo; simplemente sucede. Cuando la persona está satisfecha con su vida, entonces estos programas funcionan suavemente, los lazos enlazan entre sí con elegantes transiciones y el sistema funciona en equilibrio consigo mismo y con el ecosistema que habita.
Ahora, la vida es cambiante. Cada uno de nosotros cambia con el transcurso de los años. Nuevas personas entran y salen de nuestras vidas, debemos asumir nuevos retos y aprender nuevas habilidades… Somos sistemas abiertos, y nuestros lazos o bucles se comunican con los lazos de otras personas. Nuestros comportamientos interfieren entre sí. Nuestras intenciones colisionan. Sólo una persona puede ocupar el espacio que ocupa una persona cada vez. Así, estamos obligados a aceptar la responsabilidad de nuestra interacción con lo que nos rodea y hacer los ajustes y los cambios apropiados en nuestros propios lazos para mantener una relación armoniosa, saludable y próspera con el entorno.
Recuerdo un vídeo en el que Richard Bandler contaba el caso de una cliente con la que trabajó una vez.
Esta mujer explicaba que a veces sus piernas se debilitaban y simplemente se desplomaba. Sus piernas dejaban de tenerla, así que debía cada vez permanecer tumbada hasta que el entumecimiento que sentía se disipara.
Esta mujer había pasado por media docena de especialistas en neurología. Le habían hecho todo tipo de pruebas y todas habían resultado concluyentes: no había nada en su neurología que explicara el entumecimiento de sus piernas.
Cuando Bandler habló con la mujer, su marido estaba presente. Él empezó a quejarse de los trastornos que el problema de su mujer le suponía. Contó cómo ahora incluso tenía que fregar los platos y cortar el césped. Bandler se dio cuenta de cómo, cada vez que el hombre hablaba de una de las cosas que ahora tenía que hacer, una sonrisa se dibujaba en el rostro de su mujer.
Así, Bandler utilizó una técnica hipnótica para negociar con las piernas de la mujer y les pidió que sólo se entumecieran cuando fuera completamente necesario para que la mujer comprendiera verdaderamente cuál era el mensaje que tenían para ella.
Cuenta que se marcharon y llegaron a casa. Él le dijo a ella que fregara los platos. Ella comenzó y, en mitad de la faena, sus piernas se entumecieron. Entonces cerró el grifo, fue hasta su marido y le dijo: “¡Se acabó! ¡Sácame a cenar fuera!”.
Desde ese día sus piernas dejaron de entumecerse. A veces el inconsciente puede tener un curioso sentido del humor.

Monday, June 9, 2014

Más allá del single



- ¿A qué crees que se debe tu decepción?
- No ha resultado lo que yo esperaba. Parecía que iba a ser otro tipo de persona y finalmente ha resultado casi todo lo contrario. Al final siempre me acabo desanimando, no sé si habrá gente que valga mínimamente la pena.
- Bueno, no creo que esa sea la cuestión. Parece que te dejas arrastrar por el desanimo y eso ocurre porque seguramente te había ilusionado mucho antes.
- ¡Tú dirás! A mi edad las cosas no son como cuando era adolescente... ¡y ya llevo unas cuantas decepciones de estas en mi vida!Si hubiese un botón de reset todo sería mucho más fácil...
- Eso te condenaría a repetir los mismos errores y no aprender nunca, ¿acaso deseas vivir en el día de la marmota?
- No, claro que no, pero ya me entiendes.
- Claro que te entiendo, pero esa no es la cuestión. ¿Aún compras cd's?
- Alguna vez, ¿por qué?
- ¿De la misma manera a como lo hacías hace veinte años?
- Bueno, hace veinte años iba a la tienda y lo compraba.
- Ya... ¿Y cuando llegabas a casa y lo escuchabas?
- Bueno, teniendo en cuenta que lo comprabas en función del artista que te gustaba en ese momento y del single que escuchabas en la radio, rezabas porque te gustase el disco más allá del single.
- ¿Y si no era así?
- Te jodías, ya habías roto el precinto... ¿Qué quieres decir?
- ¿No ves lo parecido que es? Te enamoras de alguien, por lo general, por lo primero que te ofrece. Es como el single del cd, escogen aquel que cree que gustará más y que hará que se venda más, pero no sabes si te gustará el resto.
- Sí, ahora que lo dices...
- Cuando tienes dinero de sobras no es demasiado problema, pasas a crear una colección de "cd estafa", pero si no te sobra el dinero es un lujo que no te puedes permitir.
- ¿Y qué se hace en esos casos?
- Yo, que no tenía mucho dinero, tenía varias estrategias: dejaba pasar tiempo a ver si sacaban más singles y me gustaban, esperaba a que algún amigo se lo comprase y lo escuchaba, intentaba oírlo en la tienda, etc. Pero, aún así tuve una pequeña colección de fracasos de elección. Y aprendí de cada fracaso para intentar reducir las posibilidades de un fracaso posterior. Sin garantías, ¡eh?

Autor del post: 

Miguel Ángel Raya Saavedra

Saturday, June 7, 2014

De la insensibilidad al activismo: educando Superpoderes para el joven conectado



Todos/as recordamos aquellos momentos en que veíamos televisión en familia y aparecía alguna noticia de alto contenido emotivo. Asesinatos, catástrofes naturales, guerras inexplicables en la contemporaneidad aparecían solamente durante algunos momentos, hasta que la mano benévola de nuestros padres cambiaba de canal o apagaba el televisor.
La exposición a todas esas y muchas más tragedias y sinsentidos forma parte hoy de la cotidianeidad de nuestros jóvenes Millenial o de la llamada Generación Z (los nacidos desde mediados de los 90 hasta nuestros días). Esto les convierte, según muchos estudios, en una generación especialmente realista.
Así, si la generación Y era optimista, la generación Z es realista. Saben, por el carácter global de las noticias y el calibre de cosas como el 11M o el 11s, las crisis económicas o la violencia en las escuelas, que el mundo puede ser un lugar muy peligroso. Parece que para ellos se vuelve cierto el viejo refrán de que “cualquier tiempo pasado fue mejor” (o lo pareció).
Se trata de una generación que ha tenido que vivir acontecimientos y situaciones sociales (terrorismo, recesión económica, etc. ) especialmente duras. Algunos autores les definen como “rebeldes con causa” (Emily Anatole, Generation Z: Rebels With A Cause).
Así, una encuesta reciente a jóvenes estadounidenses preguntaba a los jóvenes de la Generación Z sobre los acontecimientos más importantes en sus vidas, obteniendo una significativa primera respuesta:
1. La violencia escolar.
2. La emergencia de las redes sociales.
3. La elección del primer presidente negro.
El tema preocupa, evidentemente, a todos/as aquellos que nos preocupamos por su felicidad y tiene implicaciones en cuanto a evolución de la ética y la moral en nuestras sociedades.
¿Son capaces de afrontar el tema sin que les afecte en demasía? , ¿Serán adultos más precavidos? ¿Les convierten sus obvias estrategias de distracción, de compensación emocional (evasión en el mundo de los video juegos o las redes sociales), en más fríos emocionalmente (a veces hasta el extremo del morbo) que los jóvenes de generaciones anteriores?
La opinión general adulta se manifiesta en ese sentido. Conversaba sobre ello en Santiago de Chile, el día del trabajador, en motivo del suicidio de un joven grabado, subido a Youtube y comentado con dudoso sentido del humor por muchos en las redes sociales. Resulta un buen ejemplo de la necesidad de intervención, de matiz ético por parte de los adultos ante una realidad que ya no podemos disimilar o esconder pero sí ayudar a interpretar.
Para convertir el realismo en un Superpoder en los términos que utilizamos aquí habitualmente, se trata de hacerles más resilientes , más enteros, más capaces de sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones adversas e incluso (y en este punto se basa la necesidad de esta entrada), de aprovechar la transparencia de la peor cara de lo humano para sensibilizar hacia el activismo por una sociedad mejor.
Me quedo con dos definiciones de Resiliencia en Wikipedia que destacan este componente activista porque está en ello, en el cambio individual y social, el objetivo final de nuestra intervención como mentores éticos o educadores (ver también el trabajo de mi amiga Anna Forés):
“Capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas e inclusive, ser transformados por ellas.” Grotberg (1995)
“La resiliencia significa una combinación de factores que permiten a un niño, a un ser humano, afrontar y superar los problemas y adversidades de la vida, y construir sobre ellos.” Suárez Ojeda (1995)

Activismo racional: el leviatán* de la desigualdad desenmascarado.
Para provocar el cambio resulta importante señalar el drama importante, sacar a la palestra, de entre la amalgama de noticias negativas, aquellas a las que podamos aportar valor un ético irrenunciable. La ocultación, el “cambio de canal”, la censura, resultan ya a todas luces imposibles, así que nuestro papel deberá centrarse en todo lo contrario: en seleccionar, de entre las innumerables desgracias que emergen todos los días, las que sean susceptibles de una reflexión ético-activista importante.
La ocultación, la sobreprotección que busca el alivio emocional podría, de hecho, no tener mucho sentido. Una investigación reciente en la Universidad de Chicago apoya nuestro punto de vista: al contrario de lo que pudiese parecer, la insensibilidad emocional que nuestros jóvenes desarrollan necesariamente ante la exposición constante a este tipo de estímulos, puede facilitar el desarrollo de un alto sentido de la justicia. El sentido de la justicia parece más ligado a la razón que a la emoción.
La investigación consistía en observar escáneres cerebrales mientras los participantes en el estudio veían videos sobre “buen” y “mal” comportamiento y mostraba cómo quienes mostraban mayor sentido de la justicia también tenían menor actividad en las partes del cerebro asociadas al procesamiento emocional. Por el contrario las zonas que se activaban eran las más relacionadas con procesos cognitivos más elaborados, como la planificación, la toma de decisiones, el razonamiento abstracto, la interpretación de claves sociales, la distinción entre perspectivas, etc..
La idea final resulta nueva e inmensamente interesante: la gente que se muestra altamente sensible en términos de justicia y equidad no parece estar motivada por aspectos emocionales, concluyen los investigadores, contra la idea de los “motivos sentimentales” de aquellos implicados en temas de derechos humanos y justicia social y criminal. La justicia y los más altos valores pueden ser una cuestión de raciocinio, esa cualidad que los animales humanos solemos decir que ostentamos en exclusiva.
Volviendo a nuestras cuestiones, parece que no debemos temer respecto a la insensibilización emocional al seleccionar los temas de interés. Seleccionar para racionalizar aquellos cuya carga emocional sea elevada, puede ser incluso positivo.
El suicidio del joven Chileno, por ejemplo, podría ser un Leviatán con matices de crítica social ineludibles.


Educando al superhéroe para un mundo mejor
Después de seleccionados los temas deberemos, obviamente, explicar el porqué de su importancia. Volviendo al ejemplo de Chile, ante cualquier caso de suicidio es importante abordar el fenómeno general, recordar que se trata de una decisión extrema que nunca debe tomarse sin haber pedido ayuda previamente a familiares y amigos.
En concreto deberíamos destacar que descarga (1)determinados suicidios (por no decir casi todos), muestran el fracaso de nuestras sociedades en conseguir la felicidad de sus miembros. El suicidio se asocia en muchos casos a situaciones de desempleo que provocan sentimientos de inadecuación social, de no pertenencia al grupo en el que todo ser humano busca colmar la necesidad de afiliación, lo cual parece ser el motivo último del caso del joven chileno, que gritaba consignas contra el capitalismo extremo al caer.
La lección es obvia: luchar contra el desempleo es una cuestión crucial si queremos seres humanos y sociedades más felices.
Por último, recordar que es importante, como siempre que conversamos con los jóvenes de estas generaciones, utilizar material multimedia adecuado, afín a las nuevas alfabetizaciones en lo digital. En este caso, mostrar los contravideos creados por otros jóvenes (sus iguales) criticando las reacciones morbosas al suceso y explicando el drama socioeconómico subyacente serían imprescindibles.

*Leviatán (del hebreo לִוְיָתָן, liwyatan, enrollado) es una bestia marina del Antiguo Testamento, a menudo asociada con Satanás, creada por Dios.(Génesis 1:21) El término Leviatán ha sido reutilizado en numerosas ocasiones como sinónimo de gran monstruo o criatura o de forma más genérica, del “mal” o la maldad (Puede ampliarse esta acepción en la obra de Hobbes del mismo nombre, uno de cuyos argumentos básicos está en la conocida sentencia: “el hombre es un lobo para el hombre”)

Friday, June 6, 2014

El reto de ser hermanos: Enfermedad Mental Grave



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Esta guía ofrece una serie de consejos e información destinada a personas que en su entorno familiar conviven con una persona que tiene un problema de salud mental, especialemente a los hermanos, para afrontar la enfermedad mental desde un punto de vista positivo. Incluye información sobre centros y recursos destinados a la mejora de la salud mental. ¡Esperamos que te sea de utilidad!

Autor:           José Luís Rico Prieto
Editores:      Asociación Madrileña de Amigos y Familiares de Personas con Esquizofrenia (AMAFE)

Thursday, June 5, 2014

La terapia cognitivo-conductual es más eficaz y eficiente que los fármacos para el tratamiento de la ansiedad y depresión



Tal y como recogen diversos medios estos días, los problemas de ansiedad y depresión constituyen uno de los principales motivos de consulta en Atención Primaria. La situación actual de crisis económica ha agravado notablemente la prevalencia de estos trastornos, de tal manera que los expertos advierten que en el 2020 constituirán la primera causa de discapacidad en el mundo.

Recientemente, en el marco de un congreso nacional sobre ansiedad y trastornos comórbidos, profesionales de la medicina han reconocido que los tratamientos farmacológicos actuales resultan insatisfactorios en estos casos, ya que sólo son efectivos en la mitad de los pacientes y su administración no elimina cierta patología residual que se mantiene en el tiempo.

En contrapartida, y si tenemos en consideración la evidencia científica de los últimos años, la terapia psicológica y, específicamente, la terapia cognitivo-conductual, ha demostrado ser una alternativa más eficaz y económica que los fármacos para el tratamiento de la ansiedad y de la depresión y, a diferencia del tratamiento farmacológico, no supone ningún riesgo para la salud y no presenta ningún efecto secundario adverso.


Además de reducir los síntomas de ansiedad y depresión y mantener estos cambios terapéuticos a largo plazo, el tratamiento psicológico proporciona otros beneficios en comparación con el tratamiento farmacológico, tales como una mayor adherencia al tratamiento, una disminución significativa del riesgo de recaídas y una elevada tasa de recuperación (es decir, a diferencia de los fármacos, no deja ninguna "patología residual"), evitando la cronificación del trastorno y disminuyendo, consiguientemente, el número de visitas al médico y los días de hospitalización.

De hecho, las principales guías de práctica clínica basadas en la evidencia científica, tanto internacionales como nacionales (como la del National Institute for Health and Clinical Excellence –NICE-), recomiendan la terapia cognitivo-conductual como el tratamiento de primera elección para el trastorno depresivo leve y moderado, el trastorno de angustia, el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno de ansiedad generalizada y las fobias específicas.

Asimismo, el tratamiento psicológico es aconsejable por encima del farmacológico cuando el problema de salud mental que presenta el paciente está complicado por otras condiciones médicas, como abuso de alcohol o drogas, o problemas crónicos de salud física, así como en el caso de niños, adolescentes y mujeres embarazadas, debido al riesgo elevado para la salud que supone el consumo de psicofármacos en estos grupos de pacientes. Sólo en los casos severos se recomienda el uso de medicación, pero siempre en combinación con tratamiento cognitivo-conductual, e informando al paciente sobre los objetivos terapéuticos, la duración del tratamiento farmacológico, los posibles efectos secundarios y los riesgos que conlleva una interrupción brusca de la medicación.

Por todos estos motivos, numerosos organismos competentes en materia de salud -como la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica del Reino Unido (NICE) o la Federación Mundial de la Salud Mental (WFMH)- señalan las ventajas económicas y psicosociales de la implementación de terapias psicológicas en los servicios de Atención Primaria, así como la necesidad de los ciudadanos de recibir otro tipo de atención sanitaria menos medicalizada, más humanizada y, sobre todo, más ajustada a sus necesidades.

Como ejemplo práctico, esta estrategia ya se ha puesto en marcha con éxito en el Reino Unido, que ha incorporado a más de 5.000 psicólogos en los servicios de Atención Primaria para ofrecer tratamiento psicológico basado en la evidencia y cubrir la demanda asistencial que requieren los problemas de ansiedad y depresión. Los informes y estudios publicados muestran el éxito de esta estrategia de actuación frente al abordaje farmacológico tradicional, así como la gran satisfacción manifestada por parte de los usuarios de los servicios de salud de ese país.

Sin embargo, a pesar del respaldo científico que avala la terapia cognitivo-conductual, en nuestro país, el modelo asistencial que impera en salud mental, excesivamente medicalizado y biologicista, así como el escaso número de profesionales de psicología en el sistema sanitario, impiden el acceso al mejor tratamiento posible para las personas afectadas de estos problemas.

En el marco del congreso sobre ansiedad y trastornos comórbidos mencionado anteriormente, los profesionales de la medicina manifestaron su inclinación a tratar estos problemas con unos fármacos de reciente aparición (denominados "duales"), otros nuevos antidepresivos e, incluso, anticonvulsivos, dado que la terapia psicológica es un artículo de "lujo" y que no parece que nuestro modelo sanitario siga el camino de incorporar, como recomiendan los organismos internacionales, más psicólogos en el sistema sanitario.

Esta insistencia en anclarse en un modelo de intervención -el farmacológico- que ha demostrado no ser el mejor tratamiento disponible, cuestiona gravemente la calidad asistencial que se ofrece a los ciudadanos. Las decisiones clínicas deberían ir encaminadas, no necesariamente hacia la medicalización, sino hacia la respuesta terapéutica que, sobre la base de la evidencia empírica, haya demostrado una mayor eficacia y eficiencia.

La tendencia a recetar fármacos de manera abusiva (a pesar de sus efectos secundarios, de su dudosa eficacia para el tratamiento de algunas dolencias y del elevado coste económico que suponen), tiene serias repercusiones que transcienden al ámbito personal o social. A este respecto, Infocop ha publicado recientemente una serie de artículos, en los que diferentes investigadores reflexionan sobre la verdadera eficacia de los antidepresivos, los efectos nocivos de la administración de psicofármacos a la largo plazo, la dudosa validez de la teoría que reduce la explicación de los trastornos mentales a simples desequilibrios bioquímicos y sobre los intereses económicos de la industria farmacéutica en perpetuar estos modelos de actuación en salud mental.






Autor del post: 

noreply@blogger.com (Elia Bernabeu)

Wednesday, June 4, 2014

Límites: La agresividad positiva



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Hace tres meses que Luisa se ha mudado a un piso nuevo. Al principio le pareció que tendrían una buena relación con su compañero de piso, pero poco a poco fue notando detalles que la irritaban. Cosas como la costumbre de dejar los platos en el fregadero hasta que se llenaba o no limpiar nunca el plato de la ducha después de ducharse. Luisa prefería esperar a que saliera el tema para comentárselo porque aparentemente seguían teniendo una buena relación y a ella le daba miedo estropear la convivencia si era demasiado abrupta. Una noche llegó tarde a casa y su compañero de piso estaba durmiendo. Ella no había cenado y cuando entró en la cocina para preparar algo rápido encontró una mancha de salsa en el suelo. Estaba cansada y le enfadó mucho tener que buscar el cubo y la fregona para limpiar algo que otro había ensuciado. De repente oyó que su compañero de piso venía dando zancadas por el pasillo, probablemente había hecho algo de ruido y le había despertado.
- ¡Estaba durmiendo, joder! ¿No sabes lo que es el respeto cuando vives con alguien?
- ¿Cómo te atreves a hablarme de respeto?
Estaba tan enfadada que cogió la fregona y la lanzó contra él con tan mala suerte que le dio en la cara y le hizo una pequeña herida en un labio. Cuando vio lo que había pasado, Luisa se sintió culpable y asustada de su reacción. Le pidió disculpas, pero después de aquello la relación con su compañero de piso ya no pudo recuperarse.
Nos da miedo enfadarnos. Nos asusta nuestra rabia porque, con razón, la identificamos con una emoción destructiva, capaz de dañarnos a nosotros y a las personas que tenemos a nuestro alrededor. Según como leamos la historia podemos entender que es la incapacidad de Luisa para controlar su rabia la que acaba destruyendo la relación con su compañero de piso.
En mi opinión esto no es así. La rabia no es sino el producto de una serie de enfados no atendidos. Cada pequeño enfado que dejamos pasar se va sumando a nuestra frustración hasta que no podemos más. Los enfados son necesarios porque nos permiten poner límites a los demás. Necesitamos los límites porque no podemos esperar que los demás se hagan responsables de nuestro confort, nadie tiene porque saber de antemano qué necesitamos o qué nos molesta.
Nuestro enfado, igual que cualquier otra emoción, raramente desaparece si no le hacemos caso. Generalmente, las emociones no atendidas encuentran cursos más retorcidos y más dolorosos para expresarse. En el caso del enfado estas vías alternativas de expresión son:
  1. La olla a presión: Tal como le pasa a Luisa los enfados pueden acumularse y transformarse en rabia que termina explotando ante cualquier detonante. A diferencia del enfado, la rabia sí puede llegar a ser peligrosa para nosotros y para nuestras relaciones.
  2. Tirar la piedra y esconder la mano: No expresamos abiertamente nuestro enfado, pero buscamos formas inconscientes y menos claras de expresión que confunden a las personas a nuestro alrededor y envenenan poco a poco nuestras relaciones.
  3. Revertir el enfado contra uno mismo: Me refiero a conductas como por ejemplo tensar los músculos de la mandíbula hasta provocarnos un dolor de cabeza, hacer una úlcera de estómago con el tiempo o terminar con sentimientos recurrentes de culpa y tristeza que desembocan en una depresión. Parecen tipos de respuesta muy diferentes pero no lo son tanto, cuando tenemos una vivencia demasiado amenazante de nuestra rabia y no encontramos vías alternativas de expresión generalmente la tensión acumulada termina haciendo estragos en nosotros provocándonos todo tipo de síntomas somáticos y psicológicos.
Nos asusta enfadarnos porque tenemos miedo de perder el control. Como sucede a menudo, reprimir un enfado pequeño por miedo a “pasarnos” sólo conduce a lo que intentamos evitar: a que la rabia sea incontrolable. Cuando hemos reprimido muchos de nuestros enojos, nuestra mente genera imágenes y pensamientos que nos asustan. Es normal que nos imaginemos haciendo daño a la persona que nos enfada, que digamos cosas como “lo mataría”. Esa es sólo la forma que tiene nuestra mente de dar salida a nuestra rabia a través de la fantasía, no significa que seamos capaces de hacer nada parecido. Sin embargo, esas imágenes y pensamientos a menudo nos asustan y contribuyen a que intentemos reprimir aún más nuestro enfado.
Gestionar la rabia es no tener miedo de mostrar nuestro enojo, es hablar de las cosas que nos enfadan antes de que el enfado termine convirtiéndose en rabia y nos haga daño.
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Autor del post: 

psicoterapiacotidiana